- En boca del mentiroso, lo cierto se hace dudoso.
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Porque el mentiroso, tan vapuleado por el refranero, no es creído ni cuando dice la verdad. De ahí la agudeza que encierra este otro: Engañóme porque no me mintió; que si me mintiera, engañarme no pudiera.
Diccionario de dichos y refranes. 2000.